ARTISTA: Quinteto de cuerda Diapasón
ETIQUETA: Son... de almendra
PRODUCTOR: EGEM - María Elena Mendiola
Son de almendra

Temas:

1.- El que siembra su maíz.
2.- El bodeguero.
3.- El cadete constitucional.
4.- Tres danzas y contradanzas:
-Los ojos de Pepa
-Los tres golpes
-Tu sonrisa
5.- El manisero.
6.- Capullito de Alhelí.
7.- La bella cubana.
8.- Almendra.
9.- Son al cochero.

María Elena Mendiola

¿Será Diapasón una agrupación de cámara que hace impecables interpretaciones de Haydn, Beethoven, Mendelssohn?

Para aclarar el posible equívoco,lo más saludable es ir por partes: Sí, Diapasón es una agrupación de cámara y realiza impecables interpretaciones de los clásicos… de la música popular cubana. Esa es la razón por la que esos chicos Son…de Almendra.

Cinco inquietos y talentosos jóvenes egresados de la Escuela Nacional de Arte, decidieron hacer realidad algo que empezó apenas como un juego: en una calurosa tarde en las aulas de Cubanacán, una parte de los alumnos de la clase Taller de música popular se hallaban ausentes. Un joven estudiante de violín animó a los pocos asistentes (otro violín, una viola, un cello, un contrabajo) a ir tejiendo algunos diseños del son cubano en sus respectivos instrumentos, a ver que resultaba… y así nació Diapasón.

Ese especial acento en la creatividad musical que caracteriza al pueblo cubano da nueva fe de vida con la irrupción de estos cinco muchachos que tienen algo nuevo que decir.

¿Y en qué radica la novedad? Pues en la idea de refrescar el ambiente con una sonoridad completamente inusual en la música popular cubana: el quinteto de cuerdas, sustituyendo el timbre de la percusión por el de estos instrumentos entre los cuales son d¡stribuídos los diseños rítmicos con ingeniosa maña (al contrabajo se le reserva su papel habitual) quedando intacto el tejido al que estamos acostumbrados cuando escuchamos chachachá, un son, un danzón y si a esto se le añade una armonización por momentos fiel al original y en otros, aportando la nota fresca, actual, a veces atrevida y sin temores de ningún tipo al tomar préstamos de los clásicos universales, tenemos el resultado… una música archiconocida envuelta en un ropaje nuevo, atractivo, y que gracias a todo ese talento reunido queda libre de pecado de caer en el disfraz.

Y hablando de talento ¿Cómo no comentar con todo elogio que merece las improvisaciones solistas de Herbert Pérez, a la manera de la trompeta de Chapottín en Capullito de Alhelí, con el inconfundible estilo de la flauta de los giros melódico-armónico de la guitarra roquera en Almendra, las inspiraciones treseras de Arsenio Rodríguez en El que siembra maíz, los giros flautísticos de Arcano en el montuno de El cadete constitucional y toda la tradición de violín charanguero volcada por el propio Armando García en su Son al cochero en tributo a Marcelino Guerra?

Mención aparte requiere la originalidad del arreglo y el colmo del alarde imaginativo al remontarse nada menos que al blues norteamericano en el solode viola de Lesster Mejías en El manisero.

Por último ¿Qué decir de la sobriedad, el respeto, la fluidez con que abordaron los clásicos Saumell y Cervantes en Los tres golpes, Los ojos de Pepa y Tu sonrisa, para finalmente dejar sentadas credenciales de melodismo, buen fraseo y adecuado uso de vibrato en La bella cubana… ?

Podríamos seguir hallando no pretextos, si no verdaderos motivos para subrayar las vrtudes de este disco pero, ¿No sería mejor congratularnos por el advenimiento de esta joven agrupación que desde su primera entrega discográfica se presenta como una rotunda realidad y no como promesa?

Le invitamos pues a saborear este disco y nos diga a su término si efectivamente Son… de Almendra.

Chucho Valdés

El quinteto Diapasón en mi opinión es uno de los mejores resultados en este tipo de formación: la frescura, la inventiva, las ideas y los arreglos son increíbles; las polirritmias creadas dentro del contexto cubano, la hacen, a pesar de su juventud, ser mi formación favorita.

Crítica en «El Caiman Barbudo» – La revista cultural de la juventud cubana.

Autor  Joaquín Borges-Triana

En un trabajo publicado por mí, desde las páginas de este órgano, a propósito del disco Verde melón, de Superávit, comentaba que dicha agrupación así como otras al estilo de Perfume de Mujer, Habana Sax y Diapasón están generando una corriente distinta dentro del universo sonoro cubano, en la cual el músico se transforma en hacedor de valores, una suerte de chamán. Por sus propuestas expresivas y conceptuales, ellos constituyen un botón de muestra de cómo se dan entre nosotros los procesos de fragmentación, globalización, interculturalidad, intertextualidad con diferentes matices, desterritorialización de la cultura… Y es que en artistas como los mencionados hay una nueva sensibilidad, portadora de una lógica otra y que borra las fronteras convencionales o estamentos estancos a los que todavía muchos permanecen aferrados.

Hoy quiero llamar la atención del melómano lector de esta sección hacia un fonograma del quinteto de cuerdas Diapasón y que lleva por título Son de almendra. En el mismo, a partir de lo que podría definirse como un formato clásico de música de cámara, se interpretan versiones de temas archiconocidos de claro sabor popular, como por ejemplo, «El que siembra su maíz» (Miguel Matamoros), «El bodeguero» (Richard Egües), «El manisero» (Moisés Simons) y «Capullito de alelí» (Rafael Hernández). Quizás el primer rasgo del material que sobresale tras escucharlo sea que en la propuesta no se da la convencional diferenciación entre géneros y estilos pues aquí el objetivo es lograr una fusión total por medio de constantes mixturas e hibridaciones. Así, en un corte como la guaracha son «El que siembra su maíz», hay un tratamiento armónico muy contemporáneo y que proporciona otro aire a ese viejo clásico de nuestra música popular.

Si me preguntasen cuáles son, en mi criterio, los mejores momentos del disco, en primer lugar me referiría al formidable arreglo que hacen de «Almendra», danzón perteneciente a la firma de Abelardo Valdés. La interpretación hecha por Diapasón me resulta cautivante, en especial por lo llamativo de los abundantes solos ejecutados en el tema, en los cuales se aprecia el alto nivel de información musical del quinteto, evidenciado en las numerosas citas a fragmentos de la llamada «música culta». En este, como en otros cortes del CD, hay la predominancia de un fraseo típico del jazz, aunque a la par se hace presente el sabor particular que tipifica el acto de improvisación en la música cubana. En tal línea de trabajo, hay que mencionar de igual modo piezas como «Son al cochero», tema armado a partir de la deconstrucción de «Pare cochero», y «Capullito de alelí», que cuenta con una introducción muy hermosa, dentro de lo que sería un estilo clásico.

Echando a un lado mi proverbial predilección por las producciones fonográficas de esta índole y haciendo gala de la imparcialidad que supuestamente ha de caracterizar el quehacer de un crítico, tengo que decir que no todo es color de rosa en la ópera prima de Diapasón. En mi opinión, la inserción en el disco de tres danzas y contradanzas de Manuel Saumell e Ignacio Cervantes, así como de «La bella cubana», de José White, no se aviene a la concepción del resto de la grabación pues, en ambos casos, los arreglos decursan por vías bastante convencionales, es decir, ajustados a los patrones con que dichas piezas fueron concebidas por sus autores y por tanto, resultan contrastantes con el enfoque innovador, y diríase que hasta transgresor, prevaleciente en la propuesta en su conjunto. Incluso, en el caso de «La bella cubana» se perciben además algunas desafinaciones. También es de lamentar, en la edición en cassette, la escasa información contenida en la portadilla, en la que ni siquiera figuran los nombres de los integrantes del quinteto. No obstante lo anterior, Son de almendra resulta una grabación fundamental, imprescindible para poder tener una noción de por donde se mueven las ideas de los músicos de avanzada de nuestro país.

Curiosidad

Alcanza el puesto número 5 en la WDNA-FM, Miami Hit Parade, en mayo 1998 según aparece en el Latin Beat Magazine con su tema «El Cadete Constitucional».

© Fermín Reus - Actúa Alicante